Vipassana: convirtiéndonos en mejores seres humanos

 09/10/2014 - 20:44

Entrevista a Adriana Patiño

Allende, Nuevo León, 8 de agosto de 2014

Tuve la suerte de platicar con Adriana Patiño, profesora asistente y representante en el norte del país de la técnica de Vipassana según la enseña S.N. Goenka. Charlamos juntas durante una visita que realicé para conocer el espacio en el que me internaré por diez días para vivir una intensa experiencia de Meditación Vipassana.

Adriana me explicó que cada curso que se imparte en el mundo funciona exclusivamente gracias al servicio desinteresado por parte de sus voluntarios. A nivel mundial, la organización cuenta con aproximadamente docientos centros establecidos y opera en cien países. En México, existe un centro establecido en Valle de Bravo, y en Monterrey funciona rentando espacios adecuados para lo mismo, los cuales se adaptan para cubrir las necesidades de cada curso. En Monterrey la asociación tiene un registro como asociación civil y está legalmente habilitada para dar estos cursos en todo el país.

Le planteo mi curiosidad acerca de los objetivos que puede perseguir un mexicano o mexicana a través de esta técnica que nació hace más de 2 mil 500 años en la India, a lo que Adriana responde:

Es una técnica que nace en la India. Es el Buda quien la redescubre, y es la técnica que él utiliza para alcanzar el fin de la purificación de la mente, para alcanzar erradicar el sufrimiento desde sus niveles más profundos. Él se da cuenta que es una técnica universal para erradicar males universales. La técnica se preservó a través de una línea ininterrumpida de maestros, y llega a nosotros en su forma no sectaria gracias a Sayagyi U Ba Khin, de Birmania, y al maestro S.N. Goenka, de India.

Aunque Vipassana proviene del Buda, todos los cursos están realizados en un formato tal que cristianos, católicos, judíos, musulmanes, ateos, cualquier persona de cualquier creencia, puede venir y beneficiarse de la técnica, porque se utilizan elementos universales. Por eso, trabajas con el objeto de la respiración, pues todos estamos ligados a nuestra respiración, desde que nacemos hasta que morimos. Asimismo, observando la mente y las sensaciones en el cuerpo. Cualquier persona de cualquier credo, nacionalidad o raza, puede hacerlo al practicar la observación de sí mismo.

Realmente es un método de autoconocimiento y de autoobservación; entonces, la purificación de la mente se logra a través de la observación, ese es el propósito de la técnica: la purificación de la mente, lo cual a su vez trae consigo innumerables beneficios. Aquí en México se trajo esta técnica en 1998, y los primeros cursos se daban en Tepoztlán con profesores del extranjero. Luego pudimos comprar un terreno en Valle de Bravo en donde ahora tenemos un centro establecido. Yo desde que empecé tuve una atracción inmediata hacia la técnica por sus resultados tan inmediatos y sus efectos benéficos tan a corto plazo. Uno no puede entrar a un curso y salir igual, simplemente no se puede. No son cursos fáciles, pero son cursos muy efectivos.

Pero regresando a tu pregunta de cómo lo toman los mexicanos, yo he visto un cambio exponencial en la última década. Al principio éramos las mismas 15, 20 personas que íbamos a todos los cursos, y en los últimos 8 años he visto un crecimiento cada vez más grande en todos los estratos sociales, nivel de estudios y tipo de creencias también. Aquí en Monterrey, iniciamos a impartir cursos hace 4 años, y aunque ha sido un arduo trabajo, ha sido muy gratificante pues hoy por hoy se han logrado beneficiar aproximadamente entre ochocientas y mil personas, con una asistencia promedio de entre 70 y cien participantes por curso.

Se trata de que cada quien, a través de su propia experiencia vaya desarrollando su propia sabiduría: una vez que empiezas a meditar, tú mismo te das cuenta cómo te lastimas cuando estás mintiendo o cuando estás robando, o cuando estás haciendo algo que no es adecuado. Y con robar no me refiero nada más a agarrar algo que no te pertenece, sino también a la corrupción, a dar una mordida, o a hacer muchas cosas que quizás en la sociedad se nos hacen fáciles. Goenkaji, el maestro principal, enfatiza que para tener una sociedad sana, necesitamos forjar individuos sanos: ¿Cómo se logra? En el marco de un curso se trabaja en 3 partes, todos los participantes están dispuestos a tomar 5 preceptos como fundamento de ética, la cual es la base. Luego comienzan a practicar la técnica de Anapana, con el fin de concentrar la mente, la cual ayuda a que uno vaya adquiriendo dominio sobre sí mismo. Con Anapana, uno observa la respiración, tal y como entra, tal y como sale. Después de 3 días de este ejercicio, los estudiantes dan el tercer paso que es la técnica de Vipassana en sí, la cual significa aceptar la realidad tal y como es, con lo cual uno desarrolla la sabiduría a través de la propia experiencia.

Todo este proceso de introspección se lleva a cabo en silencio, encerrado contigo mismo. Entonces no hay para dónde hacerse, no puedes engañar a nadie sobre lo que uno trae cargando. Sí es una confrontación fuerte con uno, en la que ayuda mucho que uno mismo vaya comprendiendo cómo ir viviendo una vida más sana. Es una práctica que nos ayuda a forjar una sociedad más sana. A medida que practicamos, poco a poco vamos siendo más congruentes con lo que pensamos, predicamos y practicamos, y que esa congruencia no no sea debido a un premio o un castigo, sino por la propia conciencia que uno va tomando de sí mismo. Claro que no nos hacemos perfectos de un día a otro, pero intentamos cambiar nuestros patrones dañinos de comportamiento.

Esa es la forma en que Vipassana trabaja: nos ayuda a erradicar los complejos más profundos del inconsciente, los patrones de comportamiento que nos hacen daño a nosotros mismos y a los demás; a su vez, nos enseña a desarrollar hábitos sanos y un comportamiento saludable hacia nosotros y a los demás, que en consecuencia nos hace sentir en paz. En el momento en que realmente uno quiere cambiar, la misma naturaleza te ayuda. Si realmente una persona tiene la volición de crecer, de mejorarse como individuo, las leyes de la naturaleza te van a ayudar.

Obviamente, un proceso de esta naturaleza no es nada fácil, por lo que Adriana nos advierte:

Partimos de qué es lo que quieres. Por eso mucha gente me pregunta, "¿No tienes cursos de fin de semana?, ¿no hay un curso más light?". Yo me río, y creo que aquí radica la pregunta fundamental: ¿qué es lo que estás buscando?, ¿cuál es la dirección de vida que cada uno quiere tomar? ¿Quieres así nada más "atolito con el dedo", la cosa facilita?, o, ¿realmente estás buscando algo en serio? Por eso los cursos son de 10 días. La mayoría de la gente que viene son profesionistas, empresarios, estudiantes, laicos con vidas llenas de responsabilidades que vienen y organizan todo su año para venir a tomar esos 10 días, sus vacaciones son éstas; entonces es gente que ya por ende tiene una búsqueda y tiene una intención, que seguramente han de tener ciertas insatisfacciones, o niveles de estrés muy altos, o de ansiedad, o problemas, o simplemente son felices y quieren autoconocerse mejor y tener más herramientas personales en su vida. Entonces sí, se requiere de una entrega por 10 días. Cada uno vendrá a enfrentarse a sí mismo, a estar en silencio, personas que desean un cambio profundo en sus vidas, que no van a ir nada más el fin de semana a alguna relajación bonita y se van a casa. No.

Son nueve días totales de silencio, en una disciplina rigurosa. Empieza a las 4:00 de la mañana, que toca el primer gong, y a las 9:00 de la noche terminamos. Todo el curso está diseñado de tal manera que cualquiera que haya sido aceptado lo pueda vivir, pero que lo viva a su propia profundidad, para que los beneficios sean tangibles. El día 10 se sale del silencio y comienza la Noble Palabra después de aprender la técnica de metta bhavana o de amor compasión, amor benevolente.

Los beneficios han sido tan tangibles y efectivos, que inclusive se han estado institucionalizando en escuelas, en prisiones, en academias de policía, en gobiernos. No en México, pero sí en India, otros países asiáticos, en Estados Unidos y Europa.

Nos explica que en México hay proyectados cursos en instituciones como el DIF y que incluso durante años los han impartido en el famoso reclusorio de Almoloya de Juárez.

Para cerrar, Adriana deja muy en claro que para la práctica de la Meditación Vipassana no hay necesidad de renunciar a ninguna práctica religiosa, a ninguna fe.

No, todo lo contrario. El cristiano se convierte en un mejor cristiano, un musulmán en un mejor musulmán, un judío en un mejor judío; simplemente es un humano que se convierte en un mejor ser humano. La más importante conversión que Goenkaji subraya, no es de una religión organizada a otra. En una Cumbre Espiritual a la que él fue invitado en Naciones Unidas compartió: la verdadera conversión debe de ser de la crueldad a la compasión, del sufrimiento a la felicidad, del egoísmo al servicio.

Si alguno de ustedes desea darse esa oportunidad, lo que siempre digo es que al menos una vez en la vida vale la pena tener ese espacio de intimidad con uno mismo y autoconocerse a esa profundidad.

Para quienes estén interesados, invita a visitar la página www.spanish.dhamma.org, en la que está toda la información necesaria: códigos de disciplina, todos los sitios a nivel mundial dónde se dan los cursos, de qué se trata la técnica, qué es lo que se espera del estudiante y dónde pueden hacer sus inscripciones.

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Cristina Sada Salinas
Regiomontana, apasionada por la comunicación, en la busqueda de construir opciones de participación ciudadana, para hacer frente a la corrupción del poder político y económico de México.

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