Saldos del debate: Trump, el mayor de dos peligros

Estoy de acuerdo con la mayoría de los analistas y periodistas que han hablado desde anoche sobre el debate entre Hillary Clinton y Donald Trump en que fue Hillary quien salió ganadora del encuentro, y por mucho, aunque confieso que ninguno de los dos candidatos me entusiasma.

No puedo ser fan de Clinton, pues ella ha sido pieza importante en la implementación de la política exterior norteamericana de las últimas décadas, incluyendo guerras de invasión a países que no representan una amenaza real para Estados Unidos (como el caso de Irak, según demostró Michael Moore en su documental Fahrenheit 9/11 [video]); aumento descomunal de la riqueza de Wall Street y compañía, a costa del acelerado aumento de la pobreza de la población de los países “periféricos”, así como la del propio Estados Unidos; alianzas con gobiernos encabezados por dictadores —declarados o con disfraz democrático— que atropellan los derechos humanos, como son los de México y Arabia Saudita; esto, sin contar la gran influencia que Hillary ejerce en el gobierno de Barack Obama, quien a pesar de su bonito discurso, es el presidente que más deportaciones de inmigrantes ha realizado en todos los tiempos, o bien, el no muy comentado pero súper relevante papel que ella jugó en la privatización del petróleo mexicano, como coautora de la “reforma energética” impulsada por Enrique Peña Nieto, según se reveló el año pasado en correos electrónicos divulgados por el departamento de Estado estadounidense (nota).

En síntesis, es casi imposible enumerar todas las injusticias cometidas por los gobiernos de los Estados Unidos en los cuales Hillary ha sido un factor preponderante.

Sin embargo, sí me pareció acertado, por poner un ejemplo, que ella haya mencionado que las prisiones no pueden seguir siendo concesionadas a la Iniciativa Privada, pues como señaló, eso ha provocado que las faltas menores lleven a la gente a la cárcel, fenómeno que desgraciadamente ha comenzado a suceder en México, dentro de la ola privatizadora de nuestros gobiernos neoliberales.

Pero si Hillary Clinton es muy cuestionable, Donald Trump es de plano impresentable.

No me queda duda de que los mexicanos, y los habitantes de todo el planeta, estaríamos mucho peor con Trump que con Clinton al mando del país más poderoso del mundo.

Trump, como ha demostrado el intelectual y activista Noam Chomsky (ver), nos pondría en un peligro mayor de una guerra nuclear, en tanto que el empresario metido a político ni siquiera admite la existencia del grave problema del calentamiento global, sobre el cual el propio Chomsky ha dicho que es el mayor peligro para la humanidad (ver), seguido por el riesgo de una confrontación nuclear.

En estos temas, es claro, Clinton es superior por mucho a Trump.

Cristina Sada Salinas