Pederastia clerical. No olvidar y levantar la voz

 10/27/2016 - 16:39

Estimados amigas y amigos:

 

Agradezco mucho sus muestras de apoyo al documental “Silvestre. Pederastia clerical en Oaxaca”, el cual realizamos junto con la agencia Bengala, sobre el caso del padre Gerardo Silvestre Hernández, hoy preso bajo la acusación de abuso sexual hacia indígenas menores de edad en la Sierra de Oaxaca.

Quienes han visto el documental, que mientras esto escribo ya superó las 71 mil reproducciones (ver), habrán podido constatar con sus propios ojos que el arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, ha despreciado a las víctimas ante las cámaras de televisión, además de saberse que desde el arzobispado han estado protegiendo al acusado en múltiples formas.

Consideramos que toda institución, sea el gobierno mexicano o las iglesias, debe guiarse por los principios de nuestra Constitución y los Derechos Humanos reconocidos a nivel internacional, por lo que nos oponemos rotundamente a las prácticas de secretismo y ocultamiento de los crímenes cometidos por los miembros de estas instituciones.

Así como he alzado la voz en contra de los partidos políticos que protegen a sus alcaldes, diputados, senadores, gobernadores o presidentes corruptos en turno, y así como sé que nosotros los ciudadanos de México no nos conformamos con la reciente e hipócrita expulsión del PRI del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte -el cual es sólo en un chivo expiatorio del sistema gubernamental que nos desfalca día con día-; al mismo tiempo exigimos que los jerarcas eclesiásticos encubridores de crímenes contra niños y los sacerdotes culpables también obtengan severas condenas en la cárcel, y no sólo eso, sino que sean sujetos de una fuerte sanción económica a favor de las víctimas.

En México, durante toda nuestra historia, ni un solo sacerdote ha sido condenado por abuso sexual, y mucho menos la iglesia católica ha pagado una sola compensación económica a las víctimas. En contraste, en Estados Unidos, donde el sistema judicial está menos coludido con la iglesia, la institución católica ha tenido que llegar a acuerdos judiciales y extrajudiciales por cerca de 3 mil millones de dólares como “reparación de daño”, aunque considero, no hay forma de “reparar” un crimen de esta naturaleza, pero al menos estas compensaciones monetarias permiten a las víctimas pagar las caras terapias que esta afrenta les deja como cicatriz por el resto de sus vidas.

Quienes sean muy jóvenes y no conozcan el emblemático caso del padre Marcial Maciel, aquí les dejo un reportaje publicado en 2011 en el que se muestra hasta qué grado se distorsionó en México y en el Vaticano la verdad sobre el pederasta más famoso del mundo: Marcial Maciel. Su inmenso poder y abundante dinero le permitieron permanecer impune, incluso portando en vida una reputación y un halo de extrema santidad, y siendo un gran amigo y protegido de “san” Juan Pablo II. (liga).

En la iglesia católica hay muchas magníficas personas, lo sé; algunos religiosos, hombres y mujeres sumamente comprometidos con los más necesitados, lo sé. No estoy negando eso. Estoy señalando que hay muchos sacerdotes pederastas sueltos y haciendo muchísimo daño, porque son y han sido protegidos por sus superiores. Es tiempo de levantar la voz y exigir justicia a las autoridades civiles, y exigir también a los jerarcas católicos que dejen de encubrir y sólo transferir de parroquia en parroquia a sus sacerdotes pederastas. Los deben de entregar a las autoridades competentes y dejar de apoyarlos con sus poderosos despachos de abogados.

Hoy nos enteramos de estos crímenes porque gracias a la tecnología la información es más accesible para nosotros los ciudadanos comunes y corrientes. Gracias a estos medios electrónicos seguiremos informando de estos hechos, antes tan escondidos por la instituciones religiosas y sus nexos con los poderes gubernamentales.

No descansaremos hasta que este país avance hacia la justicia y la auténtica democracia, o si no, hasta que nos alcance la muerte.

Pienso que en este tema algo así diría John Lennon:

 

Me atrevo a imaginar un mundo muy diferente, donde los niños vivan una vida libre de violencia

y los criminales no puedan hacerles daño.

 

Cristina Sada Salinas

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Cristina Sada Salinas
Regiomontana, apasionada por la comunicación, en la busqueda de construir opciones de participación ciudadana, para hacer frente a la corrupción del poder político y económico de México.

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