10/06/2014 - 03:40
México está otra vez de luto. Y de nuevo, como ha sucedido por décadas, se trata del peor de los lutos, ese que no tiene nombre de tan doloroso, de tan profundamente desgarrador y contra natura, ese que nadie tendría que padecer y que nadie puede superar: la muerte de los hijos.
En Guerrero, de nuevo, manos anónimas han matado y desaparecido a jóvenes estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, por el simple hecho de salir a protestar y a exigir mejores condiciones que les permitan prepararse para su alta responsabilidad como educadores de la infancia.
Cuarenta y tres muchachos han desaparecido, tres más fueron asesinados, y aunque la indiferencia es la regla en todo México, el día de hoy se dieron excepciones que más que confirmar la norma, buscan acabarla. Una de esas excepciones fue la manifestación que más de cien personas llevaron a cabo este domingo en una ciudad que se caracteriza por su pasividad y ausencia de participación en los asuntos públicos nacionales, y aún en los locales y más urgentes.
Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL) convocó a esta sencilla pero sentida manifestación, que se une al clamor nacional para que la muerte y desaparición de estos jóvenes normalistas no pase a engrosar el inmenso archivo de la impunidad.
“¿Cuál es el futuro en un país donde el Estado mata a sus estudiantes?”, se preguntó hoy Elena Poniatowska. Esa es la pregunta que seguramente hoy pasa por la mente de muchos mexicanos. Entonces, ¿dónde está el promisorio futuro que según Peña Nieto nos traerán sus reformas estructurales? Lo único que por hoy vemos es crímenes de lesa humanidad, impunidad, corrupción y contubernios.
Aquí, el comunicado que se leyó en esta manifestación con la que Nuevo León se une al dolor y la indignación nacionales, en el que se deja en claro la posición firme de las organizaciones firmantes, y que incluye a varios estados de la república.
Los invito a reflexionar, a informarse y a compartir la información, pues la oscuridad y el secreto son los mejores aliados de las fuerzas oscuras que hoy están arrebatando la vida a nuestros jóvenes.
¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!
Cristina Sada Salinas.
(Muchas gracias a Olivia Garza García, gran periodista y fotógrafa, quien tuvo a bien compartirnos la imagen con la que ilustro esta publicación)
A la sociedad civil
Al Estado Mexicano
A los familiares de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa
Ante los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014, y el hallazgo de varias fosas clandestinas en este mismo municipio, Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León considera necesario hacer públicos los siguientes puntos:
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Como sociedad, no podemos perder las vidas de nuestros jóvenes ante un Estado ausente que no garantiza el hecho más básico que justificaría su existencia: la seguridad de todos los ciudadanos.
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Condenamos con toda la fuerza de nuestras convicciones los hechos en los cuales un grupo de jóvenes de la normal rural de Ayotzinapa fueron privados ilegalmente de su libertad por policías municipales de Iguala, torturados y algunos de ellos, hasta donde se ha podido constatar hasta el momento, asesinados.
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Exigimos una investigación rigurosa que lleve al castigo de los responsables materiales e intelectuales de múltiples delitos en contra de los normalistas de Ayotzinapa. Es clara la participación de servidores públicos, lo que configura sin lugar a dudas el delito de desaparición forzada, crimen de lesa humanidad que no prescribe ni aún con la presentación, con vida o no, de las personas afectadas.
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Exigimos que el Estado, en todas sus instancias, garantice la presunción de vida de los normalista desaparecidos, continúe su búsqueda por todos los medios posibles y, en lo que respecta a los cadáveres hallados en varias fosas clandestinas, haga prevalecer los derechos de los familiares a obtener peritajes independientes para tener certeza de la identidad de sus seres queridos. De la misma forma, exigimos que toda diligencia forense sea llevada a cabo de acuerdo con los estándares de rigor establecidos internacionalmente.
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Hacemos un llamado a la conciencia de la sociedad civil de Nuevo León, de todo México y de la comunidad internacional para que un acto de barbarie como el que ocurrió en Iguala no se normalice en nuestra percepción. En este momento, más que nunca antes, todos y todas nos necesitamos. Estamos convencidos de que si un hecho de esta magnitud se pierde en nuestra vida diaria, perdemos todos. Perdemos nuestro presente, de por sí resquebrajado ante la violencia y la barbarie, y perdemos nuestro futuro.
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Reivindicamos, como fundamental, la obligación de mantener vivos en la memoria colectiva los aciagos hechos de estos días en Iguala, Guerrero, de modo que nunca más vuelvan a repetirse.
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Pedimos honrar a los estudiantes de la normal de Ayotzinapa, Guerrero. Nuestros jóvenes, y especialmente aquellos conscientes de sus derechos, y que han elegido el camino de buscar un presente y un futuro más justos, merecen oportunidades y medios para crecer en todos los sentidos, y no la represión de parte de un gobierno corrupto, bárbaro e impune. Recordamos, pues, a: